viernes, 8 de mayo de 2009

Lo que me pide el cuerpo

Voy a empezar este blog porque, como indico en el título, me lo pide el cuerpo.
He vivido en estas últimas semanas unos días muy convulsos e intensos. Diversas desgracias personales y decepciones varias han influido para este que me invada la excitación y la irascibilidad.
Antes de entrar en una declaración de intenciones de este blog, me gustaría poner a todos en antecedentes. Yo nací y me crié en una isla maravillosa llamada La Palma. Allí senté las bases de cómo soy ahora y de cómo seré en el futuro. Un lugar donde el tiempo camina a un ritmo amargamente lento, que le confiere a sus gentes una idiosincracia muy particular. Allí conceptos como prisa, estrés y velocidad sólo existen en los libros lo que conlleva a que la vida sea apacible y apetecible, disfrutando de un entorno envidiable, dignos del Edén.
Pero todo esto lleva unos contras. Como cualquier lugar pequeño, el que vive allí es preso del cuchicheo y el examen de sus semejantes. O sigues las normas preestablecidas o quedas señalado. Todos te conocen y no puedes hacer nada sin que sea sometido al juicio popular. De ello se aprovechan ciertos grupos ¿elites? para autoconsiderarse líderes morales de una sociedad adormilada.
Y eso se traslada a las instituciones y a los partidos políticos, donde unos pocos pretenden someter al resto a sus propios y caprichosos designios. Aquí no hago distinción. La clase política en la isla está, en su mayor parte, podrida, sin distinción de partidos políticos.
El PSOE ha vivido durante mucho tiempo alrededor de personas de mucho tirón popular (muchos populistas) que, al ir dejando la política, han ido dejando a su partido huérfano de apoyo popular y puestos en las administraciones.
Coalición Canaria es el parangón del amiguismo y el enchufismo. No tiene reparos en "colocar" a sus afines en diferentes puestos, con el dinero de todos los contribuyentes, para luego, en el momento de las elecciones, cobrar esos favores en forma de voto.
Y luego está mi partido, el PP. Un partido con el que me identifico en sus principios e ideas, pero que en mi isla, se ha entregado en las manos del nacionalismo ¿moderado? dejándose pisotear para el bien de otros en otras islas y administraciones, para convertirse en un partido residual donde otrora era un partido de gobierno.
Y es ahí dónde me duele. Hace cinco meses, tras unos resultados electorales desastrosos, se cambió la dirección insular. Nuevas energías renovadas, nuevas ilusiones... Y nuevas decepciones. No quiero meter a todos en el mismo saco, ya que sé que muchos de la nueva ejecutiva, empezando por el presidente, están haciendo esfuerzos mayúsculos por devolver al partido a dónde estuvo. Pero no es menos cierto, que una parte de esa nueva directiva se ha colocado asombrosamente rápido en la elite moral que he nombrado antes. Cualquier iniciativa que no parta de ellos será denigrada y desechada, por buena o interesante que sea (qué pronto se han acomodado a mandar). Y se convierten en lo que siempre criticaron. En los "amos" de este partido donde ellos y sólo sus ideas tienen cabida. Pero quiero dejar claro que sólo me refiero a aspectos estrictamente "profesionales", ya que como personas no puedo tener ninguna queja de ellos, sino todo lo contrario.
Y este cúmulo de circunstancias me ha llevado a este estado de enfado y decepción. Esto me ha llevado a perder las ganas de trabajar por y para el partido en La Palma. Me encuentro mucho más cómodo en NNGG de Canarias donde, a pesar de que tenemos muchas cosas que mejorar, las ideas son siempre bien acogidas y nadie es mejor que nadie en función del puesto que tiene.
Aún así, no pierdo la esperanza. Muchos piensan que peco de ingenuo o de optimista, pero si con 27 años no soy optimista, ¿cuándo lo voy a ser? Sé que podemos cambiar, sé que muchos trabajan (trabajamos) para que todo cambie porque sólo hay una manera de ser mejores y es siendo cada vez más.

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