jueves, 28 de mayo de 2009

Más de lo mismo

Estamos navegando en el ecuador de la campaña electoral y nadie (o casi nadie) se atreve a salirse del guión. Parece que en España estamos abocados a más de lo mismo. No buscamos ser mejores que el rival sino conseguir que el otro sea peor. En esa línea se han movido desde el primer día los socialistas y sus zafios, falsos y facilones productos de pinnacle. Al otro lado, la campaña en positivo se ha quedado en una buena intención pero me quedo con la sensación de que podía haber dado mucho más y está derivando, muy a mi pesar, en la crítica y el ataque sin aportar nada nuevo.
Y la plasmación de dicha campaña se vio el otro día en el debate televisivo. Me acerqué a Génova 13 a verlo con mis correligionarios y me lo pasé muy bien, compartí risas con algunos amigos y disfrutamos del debate cual si fuera un partido de fútbol de nuestro equipo favorito con la afición entregada. El resultado del debate creo que fue bastante obvio y me dio la sensación que López Aguilar pagó la novatada mostrando un preocupante desconocimiento del funcionamiento de las instituciones europeas. Creo que Mayor fue muy superior, pero no por un despliegue de facultades, sino porque la situación lo coloca a favor de viento y su rictus serio y sosegado llegaron a sacar de quicio al socialista, que en varias ocasiones interrumpió al popular (otro día me dedico a hablar de los malos modos y maneras de Juanfer, que en Canarias tenemos para escribir una novela).
Aún así, eché de menos más propuestas por parte de mi candidato, más concreción y más Europa. Entiendo la clave nacional de estas elecciones, pero vamos a elegir un parlamento europeo y no sabemos muy bien a dónde vamos, sobre todo tras el estrepitoso fracaso de la constitución europea y este Tratado de Lisboa que no ha arrancado con buen pie. ¿Queremos un parlamento europeo con verdadero poder legislativo y vinculante? ¿Queremos una comisión europea con verdadero poder ejecutivo? Éstas y otras preguntas importantes no las han respondido con claridad los grandes partidos. Por mucho parlamento que haya, hay que recordar que las decisiones las toman los consejos de ministros de la UE. Que los que se parten la cara por España en Europa son los ministros (bueno esa es la teoría, ya sé que estos que tenemos ahora no se pelean mucho por España) y no los eurodiputados y es la hora de cambiarlo. Y lo digo sin ningún miedo: Es hora de seguir cediendo soberanía a Europa.
También invito al PSOE a proponer algo diferente. Siempre han sido buenos comunicadores (ya que no dedican tiempo a la buena gestión, lo tienen para comunicar). Que abandonen los viejos discursos del miedo, la guerra, el 11-M (aunque ya sé que con un hooligan fanático como López Aguilar es complicado) y vuelva esa izquierda que siempre abogaba por la esperanza, la ilusión... Ya sé que siguen siendo igual de ineficaces, pero por lo menos sería todo más agradable.
Y a mi PP, que siga en el camino de los primeros días, de la alegría, el entusiasmo, las soluciones y no se deje empantanar con las descalificaciones del rival.
Y más Europa, más propuestas para Europa y el camino que debe seguir. Dejemos las reformas del mercado laboral, las modificaciones fiscales, los estatutos para las generales de ¿2012? y hablemos de verdad del Parlamento, la Comisión, el BCE, Lisboa, Bolonia y demás asuntos trascendentales.
Y quiero hacer un reconocimiento expreso a UPyD, Libertas-Ciudadanos y al candidato canario del PP Gabriel Mato. Los dos primeros han sido los únicos partidos que han apostado por una Europa más fiable, fuerte y ejecutiva (en dos formas completamente diferentes, pero tienen el camino claro). En especial tengo buena sensación de Libertas-Ciudadanos, a pesar de la persecución mediática de algunos, me han mostrado una firmeza envidiable y unas ideas más que interesantes. Y a mi candidato, Gabriel, que ha sido, dentro de la candidatura del PP, el más claro exponente de europeísmo, con un verdadero discurso europeo, alejándose de la vorágine reinante.
Veremos que nos depara la recta final de la campaña, aunque no auguro nada nuevo. Más crisis, más paro, más corrupción, menos Europa y poca participación. ¿Por qué será?

martes, 12 de mayo de 2009

¿Y después qué?

Podría perderme en grandes palabras, escudarme en datos y escribir un artículo relativamente bonito pero vacío de contenido. Hoy quiero centrarme en el famoso plan E de Zapatero y en su aplicación. Para ello, voy a fijarme en un caso concreto, Santa Cruz de La Palma.
Gracias a la mano rota de Zapatero, el ayuntamiento recibirá una partida económica que le permitirá acometer ciertas obras y contratar durante seis meses a 99 personas. Teniendo en cuenta que en los últimos meses, el aumento de desempleados en en el municipio se corresponde a una media de 30 personas al mes (en el pasado mes de abril fueron 43) y siguiendo esa media, Santa Cruz de La Palma tendrá unos datos "buenos" de empleo durante tres meses (seamos optimistas y digamos cuatro, ya que nos pillará el verano por medio). Y después ¿qué? Esas 99 personas volverán al paro y otra vez a las andadas.
Es un caso evidente de lo que podemos llamar un parche. No hay reforma, no hay un plan, sólo una ¿solución? temporal. Totalmente inútil que busca el maquillaje de unos datos que cada vez desgastan más la imagen del presidente.
Muchos pensarán que todo esto corresponde a la improvisación del gobierno, pero yo no estoy del todo de acuerdo. Si nos fijamos, todas estas medidas "estrella" se hacen cuando hay un proceso electoral cerca. Se hizo de cara a las elecciones gallegas y vascas y ahora tendremos nuevos "parches" de cara al debate del Estado de la Nación y las elecciones europeas.
Y no quiero dejar fuera de este juego a las corporaciones autonómicas, insulares y municipales, ya que, aunque su margen en política de empleo es menor, es cierto que echamos de menos más iniciativa y se limitan a estar a la expectativa de lo que hace el gobierno, obviando, en muchas ocasiones, sus propias responsabilidades. El camino a seguir es que el lleva Esperanza Aguirre en Madrid, con sus últimas bajadas de impuestos, el de José Manuel Soria en Canarias, con las deducciones en el tramo autonómico en el IRPF. Pero podemos y debemos ser más ambiciosos y agresivos.
Con esta política de parches, hemos llegado a más de cuatro millones de parados (con sus dramas familiares incluidos) pero lo peor es que no vemos la luz al final del túnel.
Para terminar, me quedo con algo que dijo el candidato socialista para las próximas elecciones europeas, el maleducado de López Aguilar: "llevaré a Europa los avances sociales del Gobierno en cinco años, la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo y la ley de igualdad". He aquí el balance de cinco años de Gobierno ZP. ¿Por qué no lleva el candidato socialista la política económica? ¿o los logros en empleo?

viernes, 8 de mayo de 2009

Lo que me pide el cuerpo

Voy a empezar este blog porque, como indico en el título, me lo pide el cuerpo.
He vivido en estas últimas semanas unos días muy convulsos e intensos. Diversas desgracias personales y decepciones varias han influido para este que me invada la excitación y la irascibilidad.
Antes de entrar en una declaración de intenciones de este blog, me gustaría poner a todos en antecedentes. Yo nací y me crié en una isla maravillosa llamada La Palma. Allí senté las bases de cómo soy ahora y de cómo seré en el futuro. Un lugar donde el tiempo camina a un ritmo amargamente lento, que le confiere a sus gentes una idiosincracia muy particular. Allí conceptos como prisa, estrés y velocidad sólo existen en los libros lo que conlleva a que la vida sea apacible y apetecible, disfrutando de un entorno envidiable, dignos del Edén.
Pero todo esto lleva unos contras. Como cualquier lugar pequeño, el que vive allí es preso del cuchicheo y el examen de sus semejantes. O sigues las normas preestablecidas o quedas señalado. Todos te conocen y no puedes hacer nada sin que sea sometido al juicio popular. De ello se aprovechan ciertos grupos ¿elites? para autoconsiderarse líderes morales de una sociedad adormilada.
Y eso se traslada a las instituciones y a los partidos políticos, donde unos pocos pretenden someter al resto a sus propios y caprichosos designios. Aquí no hago distinción. La clase política en la isla está, en su mayor parte, podrida, sin distinción de partidos políticos.
El PSOE ha vivido durante mucho tiempo alrededor de personas de mucho tirón popular (muchos populistas) que, al ir dejando la política, han ido dejando a su partido huérfano de apoyo popular y puestos en las administraciones.
Coalición Canaria es el parangón del amiguismo y el enchufismo. No tiene reparos en "colocar" a sus afines en diferentes puestos, con el dinero de todos los contribuyentes, para luego, en el momento de las elecciones, cobrar esos favores en forma de voto.
Y luego está mi partido, el PP. Un partido con el que me identifico en sus principios e ideas, pero que en mi isla, se ha entregado en las manos del nacionalismo ¿moderado? dejándose pisotear para el bien de otros en otras islas y administraciones, para convertirse en un partido residual donde otrora era un partido de gobierno.
Y es ahí dónde me duele. Hace cinco meses, tras unos resultados electorales desastrosos, se cambió la dirección insular. Nuevas energías renovadas, nuevas ilusiones... Y nuevas decepciones. No quiero meter a todos en el mismo saco, ya que sé que muchos de la nueva ejecutiva, empezando por el presidente, están haciendo esfuerzos mayúsculos por devolver al partido a dónde estuvo. Pero no es menos cierto, que una parte de esa nueva directiva se ha colocado asombrosamente rápido en la elite moral que he nombrado antes. Cualquier iniciativa que no parta de ellos será denigrada y desechada, por buena o interesante que sea (qué pronto se han acomodado a mandar). Y se convierten en lo que siempre criticaron. En los "amos" de este partido donde ellos y sólo sus ideas tienen cabida. Pero quiero dejar claro que sólo me refiero a aspectos estrictamente "profesionales", ya que como personas no puedo tener ninguna queja de ellos, sino todo lo contrario.
Y este cúmulo de circunstancias me ha llevado a este estado de enfado y decepción. Esto me ha llevado a perder las ganas de trabajar por y para el partido en La Palma. Me encuentro mucho más cómodo en NNGG de Canarias donde, a pesar de que tenemos muchas cosas que mejorar, las ideas son siempre bien acogidas y nadie es mejor que nadie en función del puesto que tiene.
Aún así, no pierdo la esperanza. Muchos piensan que peco de ingenuo o de optimista, pero si con 27 años no soy optimista, ¿cuándo lo voy a ser? Sé que podemos cambiar, sé que muchos trabajan (trabajamos) para que todo cambie porque sólo hay una manera de ser mejores y es siendo cada vez más.